Los equipos de filtración presurizados ofrecen una forma compacta de limpieza para fluidos no sometidos a un tamiz previo o para aguas residuales. Dependiendo del nivel de filtrado requerido, se emplearán más o menos medios filtrantes convenientemente distribuidos. Medios tales como arena verde, carbón activado, y tierra extrafina son usados habitualmente.
El agua es suministrada al filtro a través de una válvula para, posteriormente, ser forzada mediante una presión aplicada a cruzar las distintas capas de los medios filtrantes. El diseño de dichos medios se realiza de modo que atraigan y compacten las partículas e impurezas presentes en el agua.
El filtro es rutinariamente recirculado para remover todas las acumulaciones y regenerar el agua. Las válvulas del afluente y del efluente son controladas por transmisores de presión y sistemas de control.